La prueba de laboratorio en la que se usan células de una muestra de sangre o médula ósea para determinar si hay ciertos cambios en los genes que producen receptores en las células T (glóbulos blancos). Identificar estos cambios en los genes ayuda a saber si el cuerpo produce muchas células T con determinados receptores de células T, lo que puede indicar la presencia de linfoma o leucemia de células T.