El trastorno hemorrágico caracterizado por una disminución marcada del número de plaquetas, apareciendo petequias y hemorragias tisulares. Puede ser secundaria a diversas causas, entre las que se incluyen la infección y la sensibilidad y toxicidad a fármacos. La forma aguda suele presentarse en niños de edades comprendidas entre 2 y 6 años, y es benigna con una recuperación completa en el plazo de 6 semanas. La forma crónica suele desarrollarse en adultos de edades comprendidas entre 20 y 50 años: la recuperación espontánea es rara.