Se dice de cualquier reflejo tónico asociado con el cuello que mantenga la orientación del cuerpo en relación con la cabeza. También se aplica a la respuesta involuntaria de los neonatos, en la que, al ladearles la cabeza hacia un lado mientras están en decúbito supino, rotan los hombros y el tronco en la misma dirección. Este reflejo permite al niño rodar de la posición supina a la prona.