El reflejo anómalo, desencadenado por la compresión de los músculos del antebrazo, que se caracteriza por la flexión de los dedos de la mano o del pulgar y del índice: se observa en las enfermedades de la vía piramidal (Alfred Gordon, neurólogo norteamericano, 1874-1953). También se aplica a la variante anómala del reflejo de Babinski, desencadenado por la compresión de los músculos de la pantorrilla, que se caracteriza por la extensión del primer dedo del pie y la extensión en abanico del resto de los dedos: su presencia es un signo de alteración de la vía piramidal.