Es una respuesta normal de los recién nacidos que consiste en extender el brazo y la pierna del lado del cuerpo hacia el que se vuelve rápidamente la cabeza mientras el niño está en posición supina. El reflejo evita que el niño ruede hasta que se haya logrado un desarrollo neurológico y motor adecuado y normalmente desaparece entre el tercer y cuarto mes de edad.