La hormona secretada por la placenta durante las fases terminales del embarazo. Provoca un reblandecimiento de los tejidos conjuntivos (cartílago y tendones), por lo que los huesos de la cara anterior de la pelvis pueden separarse y facilitar el nacimiento del bebé. Esto puede causar que la articulación sacroilíaca gire anormalmente y provoque dolor en la región lumbar y las nalgas. La relaxina afecta también a los tejidos de otras articulaciones, haciéndolos más laxos y, por tanto, más propensos a las lesiones. Estos efectos de la relaxina persisten varias semanas después del nacimiento del bebé, por lo que la mayoría de los médicos aconsejan a las madres en estado que eviten ejercicios vigorosos en carga durante las fases finales del embarazo y unas cuantas semanas después del parto.