La capacidad del hueso para responder a las demandas mecánicas que soporta mediante un cambio del tamaño, forma y estructura; proceso implicado en la formación y destrucción ósea como respuesta a factores hormonales, nutricionales y mecánicos. Los huesos tienen que soportar tensiones mecánicas para mantenerse sanos. Se tornan más pesados y fuertes si soportan la gravedad y las acciones de los músculos. La inactividad provoca atrofia ósea. Ver también ley de Wolff.