La reproducción asexual es la formación de un nuevo individuo a partir de células paternas, sin que exista meiosis, formación de gametos o fecundación: se distinguen varios tipos.
El desarrollo partenogenético de huevos se observa en algunos animales incluyendo ciertos insectos y lagartos, así como en algunas plantas superiores. Alternativamente, pueden originarse nuevos seres a partir de brotes, como en las hidras o erizos de mar. A diferencia de los huevos, los brotes son multicelulares desde el principio, y generalmente tienen más de un estrato celular. Los fenómenos moleculares de especificación regional dentro de los brotes asexuados son desconocidos. Algunos animales son capaces de dividirse en varias partes en un proceso que se conoce con el nombre de escisión, y a su vez cada una de ellas constituir un nuevo ser. Los gusanos planos (platelmintos) tienen esta propiedad, como en el caso de ciertas especies de gusanos poliquetos.
Existe una buena correlación entre los animales que se reproducen mediante escisión y los que son capaces de regenerar las partes perdidas tras una subdivisión experimental. Ciertos gusanos planos, hidras, poliquetos y nemertinos demuestran una capacidad excelente de regeneración. Cuando el gusano se secciona en dos, el fragmento anterior desarrollará una parte posterior a partir de su extremo distal. Este tipo de regeneración bidireccional no existe entre los insectos y vertebrados, en los que la reproducción se limita a la partenogénesis a partir de huevos. Sin embargo, a veces pueden regenerar apéndices después de ser cortados, como por ejemplo las patas de insectos hemimetábolos, los miembros y cola de anfibios del orden urodelos , y las colas de los lagartos; por lo general, las plantas se reproducen de forma asexual mediante esquejes (fresas), bulbos o tubérculos (batata).