Se aplica a la reserva alimenticia que puede emplearse como fuente de energía con el fin de generar ATP para la actividad del cuerpo (energía metabólica). Las fuentes energéticas primarias del cuerpo para la actividad deportiva son el glucógeno muscular y los ácidos grasos libres. Las proteínas también se emplean como fuente de energía durante el ejercicio, pero aportan menos del 10 por ciento de la producción total de energía, excepto en condiciones extremas (por ejemplo, en caso de depleción de los hidratos de carbono).