Se aplica a todo producto biológico de desecho, como sangre o tejidos recogidos de los quirófanos, depósito de cadáveres, laboratorios u otros servicios médicos. El término se puede aplicar también a la ropa de cama, vendas, jeringas y demás materiales similares que se usan para el tratamiento del paciente, así como los cadáveres o regiones corporales de los animales que se utilizan en la investigación.