La tarea realizada mediante un movimiento tan rápido que, una vez iniciado, no puede cambiarse voluntariamente exceptuando pequeños ajustes. Un movimiento rápido suele durar menos de 0,2 s. La respuesta balística explica por qué no tiene mucho interés que un jugador mantenga la vista fija en la pelota durante el último cuarto de segundo antes de golpearla o cogerla, porque el movimiento ya se ha ejecutado: por supuesto, el jugador puede no dar a la pelota.