La respuesta que es más probable que emita una persona en una situación concreta (potencial de reacción). Esta tendencia dominante puede ser debida a entrenamiento, hábito, preferencias personales o factores innatos. Esto significa que en tareas bien aprendidas, fáciles, la respuesta dominante será la correcta, mientras que, si la tarea es difícil o no está lo suficientemente desarrollada, la respuesta dominante será la incorrecta. La presencia de otros, como espectadores o coactores, aumenta la emisión de respuestas dominantes. De esta forma se concluye que en presencia de otras personas se producirá un incremento del nivel de activación fisiológica, lo que desencadenará, en el caso de las tareas fáciles o simples, un efecto de facilitación social consistente en la mejora del rendimiento debido a la mayor probabilidad de emisión de respuestas dominantes (correctas). Si la tarea es difícil o compleja, se producirá el efecto inverso.