La respuesta de la piel al paso de una pequeña corriente eléctrica. La facilidad con la cual la corriente fluye entre dos puntos de la piel puede emplearse para manifestar el estrés. Cuando una persona está tensa o es emocional, las glándulas sudoríparas se vuelven más activas, aumentan la humedad de la piel, lo cual permite que la corriente eléctrica fluya con mayor rapidez. La respuesta también puede usarse en el entrenamiento de relajación: la información sobre la respuesta galvánica de la piel se retroalimenta aural o visualmente sobre el sujeto que puede, con práctica, aprender a aumentar o reducir la sudación sobre la piel aprendiendo a relajar o tensar los músculos (ver biorretroacción).