Se aplica a la fiebre del heno, causa signos y síntomas parecidos al resfrío, como secreción nasal, picazón en los ojos, congestión, estornudos y presión en los senos nasales. No obstante, a diferencia de un resfriado, la fiebre del heno no se produce por un virus. La fiebre del heno se produce por una respuesta alérgica a los alérgenos en interiores o al aire libre, como el polen, los ácaros del polvo o pequeñas manchas de piel y saliva que arrojan los gatos, perros y otros animales con pelo o plumas (caspa de mascotas).