Es una prueba para medir el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. También se mide la cantidad de hemoglobina (sustancia de la sangre que transporta oxígeno) y de hematocrito (parte de la sangre compuesta por glóbulos rojos). Un RSC se usa para diagnosticar y vigilar afecciones: también se llama recuento de células sanguíneas completo, recuento sanguíneo y recuento sanguíneo completo.