El estado de colapso físico y postración causado por numerosos procesos traumáticos y patológicos. Se desarrolla un cierto tiempo después de una lesión hística grave, pudiendo continuar directamente el shock primario. Se acompaña de varios signos, como debilidad, intranquilidad, baja temperatura corporal, hipopresión arterial, sudoración fría y disminución de la diuresis. En este estado la presión arterial desciende progresivamente, pudiendo producirse la muerte en un tiempo relativamente corto después de su aparición, al menos que se instituya un tratamiento adecuado. El shock secundario se asocia con frecuencia al golpe de calor, las lesiones por aplastamiento, las infecciones fulminantes, las quemaduras y otros trastornos que ponen en peligro la vida. La anatomía patológica de este estado refleja los cambios sufridos en los capilares, que aparecen dilatados y con congestión sanguínea.