Es un tipo especialmente grave de ictus vasovagal: no se conocen sus causas. El diagnóstico del síncope neurocardiogénico es relativamente fácil, si existe un desencadenante claro, como miedo, dolor intenso, emoción, disgusto o tras permanecer parado mucho tiempo. Además, el síncope neurocardiogénico es muy anunciado por la gran activación del sistema nervioso autónomo con la manifestación clínica de palidez, sudoración, náuseas, dolor abdominal, sensación de calor y/o debilidad.