Dícese de la serie de características que se manifiestan en el cuerpo como respuestas al estrés; el síndrome suele presentar tres fases:
Inicialmente, hay una fase llamada reacción de alarma durante la cual se produce un aumento de la frecuencia cardíaca en reposo y se moviliza el glucógeno de los músculos; esto se produce, por ejemplo como una adaptación aguda al ejercicio. Durante esta fase, la resistencia a la infección disminuye temporalmente y se activa el mecanismo de defensa.
La siguiente fase de resistencia durante la cual el cuerpo muestra una adaptación máxima al estrés que incluye un aumento de la actividad de la corteza suprarrenal y cambio del tono muscular.
Si persiste la tensión, sucede una tercera fase de agotamiento durante la cual las defensas del cuerpo comienzan a venirse abajo.
El estrés excesivo provoca cambios como úlcera gastrointestinal, aumento de tamaño e hiperactividad de la corteza suprarrenal (lo cual eleva la concentración sérica de cortisol); concentración baja de inmunoglobulina A salival (signo de inmunosupresión), y rigidez en músculos, tendones y articulaciones.