Dícese de la lesión por uso excesivo que se caracteriza por un dolor sordo en la rótula. El síndrome del dolor femororrotuliano es más corriente en el corredor que entrena demasiado y sigue entrenando a pesar de tener lesión (ciclo del dolor); el dolor tiende a empeorar cuando sube o baja escalera y cuando corre cuesta abajo. Típicamente, la rodilla muestra rigidez cuando se intenta extender después de haber estado sentado mucho tiempo (el llamado signo del espectador). Se cree que el dolor procede de las fibras nerviosas presentes en el hueso subcondral de la rótula, o de la inflamación de la membrana sinovial. El síndrome del dolor femororrotuliano se suele confundir con la condromalacia rotuliana, si bien en el caso del síndrome no hay reblandecimiento del cartílago articular. Los pies planos, la hiperpronación, la anteversión femoral, un ángulo Q alto y la debilidad y tirantez del cuádriceps, los isquiotibiales y los gemelos suelen asociarse con este síndrome. El tratamiento varía y consiste en dejar de correr, seguir un tratamiento con hielo, antiinflamatorio, corrección de los defectos anatómicos, ejercicio para fortalecer los músculos de la rodilla y estabilización de la rótula con una rodillera. A veces se requiere cirugía en la rodilla para aliviar el dolor. Una característica clave de la rehabilitación es el fortalecimiento del músculo vasto medial (oblicuo) mediante acción estática adecuada de los músculos (contracción isométrica).