La observación directa de algunos aspectos de la sociedad tiene una larga historia en la investigación sociológica; los sociólogos obtienen información a través de la observación participante, es decir, formando parte del grupo estudiado o confiando en informantes seleccionados del grupo: ambos métodos han sido igualmente utilizados por los antropólogos sociales (trabajo de campo).
En los últimos años esta observación directa se ha aplicado a escenarios más pequeños, en clínicas, reuniones religiosas y políticas, bares, casinos y aulas. Erving Goffman, sociólogo canadiense, ha postulado una teoría y diferentes modelos para este tipo de estudios. Goffman sostiene que la base de la realidad social es la vida cotidiana y no las abstracciones estadísticas o conceptuales. Esta teoría ha impulsado la investigación microsociológica intensiva, haciendo uso de grabadoras y cámaras de vídeo ante situaciones sociales reales, en lugar de situaciones creadas de forma artificial.
Los sociólogos, como los historiadores, utilizan fuentes de segunda mano que incluyen historiales, documentos personales elaborados por instituciones y registros médicos. A pesar de que los estereotipos han descrito a los sociólogos como personas que captan la observación cualitativa de las experiencias humanas para reducirla a sumarios cuantitativos (de tipo estadístico), esto no es exacto del todo. Aunque es cierto que la sociología ha destacado la investigación social cuantitativa y que se ha distanciado de las disciplinas humanísticas como la antropología, la filosofía, la historia y el derecho, la investigación cualitativa ha sido siempre de gran valor en esta ciencia.