Se aplica al tipo de bacteria que causa una infección que no responde a los antibióticos comunes, como la meticilina, la amoxicilina y la penicilina. La mayoría de las infecciones por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina se producen en la piel y son leves. Sin embargo, a veces son graves o potencialmente mortales, y difíciles de tratar. Las infecciones por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina se suelen presentar en personas con sistemas inmunitarios debilitados que acuden a hospitales, hogares de ancianos u otros centros de atención médica. También se presentan en personas sanas que tienen contacto directo de su piel con la piel de otras personas; por ejemplo, los cuidadores de niños, los atletas de equipos y las personas que viven en condiciones de hacinamiento: también se llama SARM.