Es una técnica para medir el flujo de sangre y valorar la recirculación en el paciente en hemodiálisis. Se unen los sensores de ultrasonidos a los catéteres venosos y arteriales en sus posiciones normales y se comprueba el flujo de sangre. A continuación se invierten, se apaga la ultrafiltración y se introduce una embolada de salino dentro del catéter venoso a una velocidad de la sangre bombeada conocida para diluir la sangre. La velocidad de la dilución cuando atraviesa el aparato de acceso se mide con ecografía.