En botánica, dícese de cualquier tejido de los que se han desarrollado por completo y ha perdido su carácter embrional o meristemático; por consiguiente, con las células ya incapaces de crecer y de multiplicarse. Si proceden de un meristema primario, se llaman tejidos adultos primarios; si se han formado a expensas de un meristema secundario, se designa con el nombre de tejidos adultos secundarios. Por la forma de las células integrantes de los tejidos adultos , Strasburger los divide en dos grandes grupos: parenquimático y prosenquimático, que constituyen respectivamente el parénquima y el prosénquima, según que sus elementos sean aproximadamente isodiamétrico o más o menos alargado. Por la función que desempeñan, los tejidos adultos pueden agruparse en cuatro sistemas principales: tejidos superficiales, mecánico y conductor, y, en grupo aparte, los que equivalen al tejido fundamental o parenquimático. Los tejidos o células secretores constituyen una categoría especial.