La reacción propia del cuerpo ante una sobrecarga de actividades que terminan desencadenando el conocido estrés: tono muscular. Ante dicha exposición nuestros músculos se agotan, lo que trae como resultado dolores en distintas partes del cuerpo. Sus síntomas más habituales son el insomnio, dolor de cabeza y los dolores musculares, que especialmente se concentran en el cuello, espalda y hombros, aunque también se pueden sentir en otras zonas del cuerpo; si no se tratan a tiempo se puede convertir en un problema crónico.