La compañera de diálogos más antigua de la teología ha sido la filosofía; sucesivas escuelas de filosofía han inspirado el pensamiento teológico innovador, han ofrecido categorías para la aclaración de las ideas teológicas y han interpretado el cambio de intereses de la sociedad.
La teología judeocristiana ha estado implicada de forma muy estrecha con la historia, ya que en la tradición bíblica la historia es el medio de la revelación y las afirmaciones históricas de fe tienen que ser probadas y analizadas como otras afirmaciones.
La psicología, la sociología y la antropología implican el estudio de la religión y, aunque sus métodos y objetivos sean diferentes de los de la teología, muchas veces ilustran sobre el proceso del desarrollo teológico.
La teología debe recurrir también a las ciencias naturales, por ejemplo, al investigar de qué modo las doctrinas de creación y providencia se relacionan con el mundo descrito por la ciencia; por último, y a finales del siglo XX, los filósofos cristianos han entablado el diálogo con las demás religiones importantes, han fijado un territorio común y han analizado los elementos que la diferencian.