Dícese de la teoría en la que el comportamiento se la persona se considera dirigido no sólo por los acontecimientos sociales y los propios sentimientos del individuo, sino también por el propio pensamiento e interpretación de esa persona sobre dicho sentimiento. Se acepta que la persona piensa sobre el resultado y futura consecuencia de su comportamiento y no reaccionan sin pensar ante la gente, el problema o la situación (ver también la teoría de las atribuciones).