Es un tipo de tratamiento en el que se usa el calor producido por un rayo láser para extirpar o destruir tejido anormal, como el tejido canceroso. Durante la terapia térmica intersticial con láser, se usa una prueba con imágenes, como las imágenes por resonancia magnética, para guiar un alambre o catéter (tubo delgado) hacia el área con tejido anormal. A través del catéter, se introduce un láser que produce calor, lo que destruye el tejido anormal. La terapia térmica intersticial con láser se usa para el tratamiento de ciertos tipos de tumores en el encéfalo (incluso los tumores que se diseminaron a este órgano desde otras partes del cuerpo), la necrosis causada por radiación (tejido que se destruye con la radioterapia) y algunos tipos de epilepsia: también se llama LITT, terapia térmica intersticial inducida por láser y termoterapia intersticial inducida por láser.