Enfermedad infecciosa muy grave, contraída a través de las heridas sucias y caracterizada por la contracción dolorosa de los músculos (infección por Clostridium tetani; infección tetánica; tétanos). En medicina (parasitología), la enfermedad provocada por la infección de la bacteria Clostridium tetani y caracterizada por una grave afección del sistema nervioso central, desencadenando contracciones musculares, especialmente de la mandíbula y en el cuello. La causa de las contracturas musculares es la síntesis por parte de la bacteria de una toxina. El germen suele encontrarse en el suelo y en las heces de animales, e infecta al hombre cuando éste encuentra alguna vía de entrada, como una herida, especialmente si están sucias y son profundas, como la que se produce al clavarse un clavo o una espina. La causa es que el germen necesita unas condiciones en las que haya una ausencia casi total de oxígeno, y para ello es necesario que la herida sea profunda o esté sucia. Los primeros indicios de infección se producen tras un período de incubación de tres o diez días; se inicia con una cefalea, cierta irritabilidad, fiebre moderada y el inicio de la típica rigidez de la boca. Ésta va progresando hacia el cuello, los miembros superiores e inferiores y en las comisuras de los labios, produciendo lo que se conoce como risa sardónica. También puede verse afectada la respiración y el ritmo cardíaco, cuyos efectos suelen ser la causa principal de mortalidad. Cualquier roce, ruido u otro estímulo puede desencadenar espasmos violentos que duran unos quince minutos. El tratamiento consiste en la aplicación de una vacuna que contiene la antitoxina tetánica. La profilaxis también consiste en la administración de la vacuna a los niños junto con la vacuna de la difteria y de la tosferina, siguiendo un calendario vacunal. Debe administrarse una dosis de recuerdo posteriormente cada 5 años para mantener una inmunización adecuada.