Se aplica al trastorno arterial frecuente caracterizado por el depósito de placas amarillentas de colesterol, de lípidos y de restos celulares en la superficie interna de las paredes de las arterias de tamaño grande y mediano; es decir, la forma de arteriosclerosis más común; la aterosclerosis; el ateroma.
El ateroma se produce en la capa interna de las arterias, cuya consecuencia más inmediata es la obstrucción del flujo de la sangre. La arteriosclerosis (significa literalmente endurecimiento de las arterias) es una enfermedad que se caracteriza por el engrosamiento de las paredes de las arterias y la pérdida de elasticidad; puede ser de varios tipos.
La aterosclerosis es una forma de arteriosclerosis en la cual se produce un proliferación de células musculares lisas y una acumulación de lípidos, sobre todo triglicéridos y colesterol, en las paredes de las arterias. Los triglicéridos, el colesterol y las células acumuladas originan una lesión que recibe el nombre de ateroma o placa aterosclerótica; no se conocen totalmente las causas que lo inician, pero están directamente relacionado con ello, la hipertensión, el fumar y la diabetes.
En la arteriosclerosis (al formarse las placas ateroscleróticas), las paredes de los vasos se hacen más gruesas, se fibrosan y se calcifican, estrechándose su luz, lo que da lugar a que se reduzca la circulación en los órganos y áreas que normalmente están irrigados por la arteria. Las lesiones ateromatosas son la causa fundamental de la cardiopatía coronaria, angina de pecho, infarto miocárdico y de otros trastornos cardíacos; se suele dar a edades avanzadas y suele asociarse con obesidad, hipertensión y diabetes.