El trastorno caracterizado por un estado de ansiedad persistente. Se puede manifestar por un estado de tensión crónica leve asociado a timidez, cansancio, aprensión e indecisión o llegar a ser un estado de intranquilidad e irritabilidad más intenso, que puede dar paso a un comportamiento agresivo o indeciso. En cosos extremos el desajuste emocional es abrumador para la persona y se acompaña de síntomas físicos, sin que se pueda identificar una causa orgánica subyacente. Entre los síntomas físicos se incluyen temblor, tensión muscular mantenida, taquicardia, disnea, hipertensión, taquipnea y sudoración profusa, y entre los signos físicos destacan cambios del color de la piel, náuseas, vómitos, diarrea, intranquilidad, inmovilización, insomnio y cambios del apetito.