Se aplica a la administración de estrógenos para tratar la carencia de estas hormonas que se producen, por ejemplo, tras la menopausia. Entre las indicaciones para su uso se cuentan la prevención de la osteoporosis y la insuficiencia coronaria posmenopáusicas y la prevención y tratamiento de síntomas vasomotores, tales como las sofocaciones, y el adelgazamiento del epitelio cutáneo y vaginal, la vaginitis atrófica y la atrofia vulvar. En mujeres con útero, se le suele añadir un agente progestágeno para prevenir la hiperplasia endometrial.