Se dice de la inducción de una convulsión breve por medio del paso de una corriente eléctrica a través del cerebro para el tratamiento de trastornos afectivos, sobre todo en el paciente resistente al tratamiento con psicofármacos (TEC; electroconvulsive therapy [ECT]). El TEC es utilizado principalmente cuando hay que obtener una respuesta rápida definitiva por razones médicas o psiquiátricas, como el hecho de que un paciente tenga ideas suicidas o cuando el riesgo que conllevan otros tratamientos sea superior al riesgo del TEC: es una técnica utilizada de forma secundaria cuando fracasan otras alternativas.