El órgano genital interno de las mujeres y de las hembras de los mamíferos, que se extiende desde la vulva hasta la matriz.
En botánica, la cáscara alargada y tierna en que están encerradas algunas simientes, como las judías, las habas y otras muchas: vaina (L. Uribe).
En medicina, la parte del aparato genital femenino que forma un conducto que se extiende desde un orificio que perfora el vestíbulo hasta el cuello uterino. Está situada por detrás de la vejiga y por delante del recto. En realidad, el conducto es un espacio potencial; habitualmente sus paredes están en contacto. La vagina se ensancha desde el vestíbulo en dirección craneal, estrechándose en la parte superior, donde forma una bóveda curva alrededor del cuello, el cual hace prominencia. La vagina está revestida de mucosa que cubre una capa de tejido eréctil y músculo.
En anatomía, el conducto que forma parte de los órganos genitales internos femeninos y que se extiende desde el cuello del útero hasta la vulva. De naturaleza muscular y membranosa, es el órgano de la copulación, da paso al flujo menstrual y forma parte del canal del parto. Su longitud es de unos 7-10 cm por 2-3 cm de ancho y se encuentra situado detrás de la uretra y delante del recto. Sus paredes están formadas por tres capas muy elásticas y con una gran capacidad de distensión: una capa conjuntiva externa, una muscular situada en posición media y una capa mucosa interna. La capa mucosa interna está formada por epitelio pavimentoso estratificado y sufre modificaciones cíclicas en función del ciclo menstrual. El pH de la vagina es ácido para prevenir el desarrollo de microorganismos patógenos y se consigue gracias a una flora saprófita especial, los bacilos de Döderlein que utilizan el glucógeno de las células vaginales para transformarlo en ácido láctico. La vagina puede sufrir malformaciones congénitas, vaginitis, pólipos, quistes y cáncer.