La evaluación del estado y síntomas neurológicos del paciente. Si el paciente está consciente y orientado se le pregunta sobre posibles síntomas de debilidad, alteraciones de la sensibilidad, cefalea, dolor, temblores, nerviosismo, irritabilidad y somnolencia. Se solicita información para detectar una posible pérdida de memoria, confusión, alucinaciones y episodios de pérdida de consciencia. Se toma nota del aspecto general del paciente, así como de la expresión facial, atención respuesta a estímulos verbales y nociceptivos, estado emocional, coordinación, equilibrio, estado cognitivo y capacidad de obedecer órdenes. Se incluye una evaluación de los nervios craneales y de los reflejos tendinosos profundos. En el caso de la desorientación estupor o coma se registran los signos objetivos de estos estados. Para una completa valoración neurológica pueden ser necesarios la punción lumbar, hemograma, mielografía, RM, ecografía, TC, electroencefalograma y determinación de glucosa, electrólitos y líquidos.