Es un veneno producido en las glándulas de algunas serpientes y que inyectan en la víctima a través de los colmillos. La composición exacta de cada veneno varía entre las diferentes especies, pero en general son mezclas complejas de neurotoxinas, enzimas proteolíticas y fosfatasas. Alrededor de 20 de las 100 serpientes conocidas en Norteamérica son venenosas, produciéndose anualmente cerca de 8.000 envenenamientos por picadura de serpiente. Una picadura de serpiente venenosa está considerada como una emergencia médica.