Es una abertura o grieta de la corteza terrestre que pone en comunicación la superficie de la Tierra con zonas internas de la corteza, en las cuales se hallan, en estado de fusión, los materiales rocosos, debido a la alta temperatura reinante; también se les llama calderas volcánicas. Muchos volcanes nacen bajo el agua, en el fondo marino, el Etna y el Vesubio empezaron siendo volcanes submarinos, como los conos amplios de las islas Hawai y de otras muchas islas volcánicas del océano Pacífico.
En geología, la formación geológica que consiste en una fisura en la corteza terrestre sobre la que se acumula un cono de materia volcánica; en la cima del cono hay una chimenea cóncava llamada cráter; el cono se forma por la deposición de materia fundida y sólida que fluye o es expelida a través de la chimenea desde el interior de la Tierra: el estudio de los volcanes y de los fenómenos volcánicos se llama vulcanología. La mayoría de los volcanes son estructuras compuestas, formadas en parte por corrientes de lava y materia fragmentada: por ejemplo, el Etna y el Vesubio. En erupciones sucesivas, la materia sólida cae alrededor de la chimenea en las laderas del cono, mientras que corrientes de lava salen de la chimenea y de fisuras en los flancos del cono; así, el cono crece con capas de materia fragmentada y con corrientes de lava, todas inclinadas hacia el exterior de la chimenea. Algunas cuencas enormes, parecidas a cráteres, llamadas calderas y situadas en la cumbre de volcanes extintos o inactivos desde hace mucho tiempo, son ocupadas por lagos profundos (Parque nacional del Lago del Cráter), o por llanuras planas (valle Caldera); ciertas calderas son resultado de explosiones cataclísmicas que destruyen el volcán en erupción. Otras se forman cuando la cámara subterránea de magma, vacía tras erupciones sucesivas, no puede soportar más el peso de la mole volcánica situada encima y se derrumba: son ejemplos de las calderas volcánica.