Cualquier sustancia que el organismo pueda reconocer como extraña (antígeno), y, por tanto, desencadena una respuesta inmunitaria (anticuerpo). Los antígenos puede formarse dentro del cuerpo o puede ser introducidos en él; habitualmente proteína. Los antígenos de histocompatiblilidad están asociados al tejido y participan en la respuesta de rechazo al injerto, siendo un ejemplo de este grupo de antígeno el conocido como HLA. Un injerto puede ser rechazado si el organismo receptor identifica los antígenos del donante como extraños.
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