Las sustancias químicas que inducen náuseas y vómitos, se emplean en aerosoles y la exposición se realiza principalmente por inhalación, aunque también por medio de la ingestión o el contacto ocular o cutáneo. Los efectos progresan hasta producir dificultad respiratoria, náuseas y vómitos, son autolimitados y suelen desaparecer en dos horas; se puede producir la muerte tras la exposición a una concentración elevada en un espacio cerrado.