Las artes bellas (en francés beaux arts: bellas artes), es decir, la literatura, la música, la danza, la pintura, la escultura y la arquitectura, centran su interés en la estética. Las consideradas artes decorativas, o artes aplicadas, como la cerámica, la metalistería, el mobiliario, el tapiz, el esmalte, etc., suelen ser artes de carácter utilitario y durante cierto tiempo estuvieron degradadas al rango de oficios.

Tradicionalmente, en la mayoría de las sociedades el arte ha combinado la función práctica con la estética, pero en el siglo XVIII se empezó a distinguir el arte como un valor puramente estético que, además, tenía una función práctica; dado que en la Escuela de Bellas Artes de París sólo se impartía la enseñanza de las principales artes visuales, a veces el término se ha utilizado de modo restringido para referirse sólo al dibujo, la pintura, la arquitectura y la escultura; sin embargo, desde mediados del siglo XX, el mayor interés por las tradiciones y la importancia del trabajo individual por parte de una sociedad mecanizada, ha hecho que esa vieja diferenciación fuese cada vez menos clara y que se considere Arte tanto las unas como las otras.