El cerro boliviano situado en el departamento de Potosí; simboliza la riqueza de esta región. Su nombre, Sumaj Orko, significa cerro magnífico y alude a la abundancia de plata contenida en este monte-mina. La primera veta de este metal fue descubierta por Diego Huallpa. El conquistador español Gonzalo Pizarro se adueñó del asentamiento minero levantado alrededor del cerro Rico, que dio lugar a la fundación de la ciudad de Potosí un año después, en 1546. En el cerro, en principio cubierto por árboles, arbustos y pastos, se abrieron unas 5.000 bocaminas y se construyeron numerosos túneles interiores que formaban un complejo laberinto. Pronto se reveló como la mina de plata más rica del mundo. Su explotación atrajo a muchos buscadores de oro y plata, así como a unos 8 millones de nativos (llamados mitayos) dispuestos a trabajar en las minas de Potosí por jornadas o mitas. Varias leyendas surgieron en torno al cerro Rico y a su explotación por los españoles; hoy, estos filones argentíferos están prácticamente agotados.