El cerro andino localizado en el sector central de Chile, en la sierra Esmeralda, de la cual es su cumbre principal. Alcanza una altitud de 5.424 metros. Dista unos 50 km en línea recta del centro de Santiago, la capital nacional. Tanto en los amaneceres como en los crepúsculos, deja ver sus fantásticos glaciares y nieves eternas. Su nombre, pese a lo pudiera parecer, no se debe a la existencia de mineral de plomo en su interior, sino a vetas de plata, que antiguamente eran llamadas ‘plomo rico’. Es una de las muchas montañas que en el norte y centro de Chile fueron usadas durante la ocupación incásica como lugares de culto a las divinidades, como la denominada ‘momia del Plomo’, un niño fallecido hace 550 años en las cumbres de este cerro, donde fue encontrado. Por su cercanía a la capital y su fácil accesibilidad, es punto de reunión de alpinistas y montañeros, así como de osados turistas que buscan el contacto con la naturaleza.