El macizo de la región de Antofagasta, en el norte de Chile, formado por materiales intrusivos y paleozoicos, que se extiende en forma de plano inclinado entre la cordillera de la Costa y la cordillera de los Andes, con una altitud superior a 5.200 m en su unión con el relieve andino. Constituye el límite de dos zonas singularmente frías y áridas: el desierto de Atacama, en la depresión Central y la puna de Atacama, extremo sur del altiplano andino, en el noroeste argentino.
El desierto de Atacama es una faja de 1.000-1.500 km de longitud y unos 900 m de altitud. Contiene numerosos salares localizados en alturas superiores a los 2.400 m (Pajonales, Punta Negra, Pedernales Isla, Aufrero, Maricunga) destacando, por su extensión, el salar de Atacama. La puna de Atacama, en Argentina, con una extensión de 320 km de longitud, 240 de anchura y con una elevación entre 3.300 y 4.000 m, es asimismo una zona de salinas.
El clima es extremadamente árido y sólo en los fondos de algunos valles y quebradas existen rastros de vegetación. El aporte de la niebla costera permite el mantenimiento de esta escasa vegetación y la influencia de la corriente de El Niño provoca lluvias copiosas en determinados periodos. El río Loa lleva sus aguas desde la cordillera al Pacífico, atravesando la cordillera de la Costa y el desierto de Atacama, donde forma un amplio meandro. Contiene recursos minerales valiosos, especialmente depósitos de cobre y nitratos que son explotados desde mediados del siglo XIX, dando origen a los principales núcleos de población. La mina de cobre de Chuquicamata es la más grande del mundo, a cielo abierto. En 1948 se inauguró el ferrocarril que une la provincia de Salta, en la puna de Atacama, con las comunidades chilenas del desierto homónimo.