El daño en el tejido caudado por el frío sin llegar a la congelación. La criopatía húmeda suele afectar más al área proximal de una extremidad que la que se ve afectada por congelación. La criopatía en el pie, conocida como pie de trinchera, fue frecuente en el soldado que vivía en trinchera encharcada. Al estar mucho tiempo de pie en agua salado, o al caminar por terreno húmedo cuando hace frío también puede provocar ciopatía sin congelación. Es más probable que se produzca esta lesión si la extremidad está mojada y si el paciente está deshidratado, mal nutrido, enfermo o su condición física no es buena. El tratamiento primario consiste en alejar al paciente del ambiente desencadenante y hostil, administrar analgésico para aliviar el dolor y hacer reposo en cama. Por desgracia, no existe un tratamiento satisfactorio para el efecto a largo plazo de la criopatía húmeda, como daño crónico en músculo, nervio, cartílago y hueso. La medida preventiva consiste el limitar la exposición al frío (la criopatía tarda más tiempo en aparecer que la congelación); tomar bebida caliente siempre que haya ocasión; tener mucho cuidado de conservar el pie lo más seco posible, y darse cuenta del signo precoz de la lesión; por ejemplo, el pie hinchado, el pie de coloración pálida o con mancha rosácea, sensación de pesadez y entumecimiento del pie.