Es una cultura de principios de la edad del hierro, extendida por Europa central y occidental y por los Balcanes. Recibió su nombre de la localidad austriaca de Hallstatt, aproximadamente a 225 km de Viena. En 1846 y 1899 se excavó una necrópolis en Hallstatt que contenía más de 2.000 tumbas con un importante ajuar. Hallstatt fue una antigua comunidad centrada en torno a minas de sal en forma de pozo, que alcanzaron aproximadamente 400 m de profundidad, cuyo origen se remonta hacia el final de la edad del bronce, pero que se desarrolló fundamentalmente entre los siglos VIII y V a.C. Esta cultura se caracterizó por sus elaborados ritos funerarios, que comprendieron, en diferentes etapas, la incineración y la inhumación. En general, la cultura de Hallstatt estuvo marcada por el uso creciente del hierro debido a una progresiva destreza en su fundición, a pesar de que en ocasiones reaparecieron viejas técnicas y materiales de la edad del bronce. El arte de Hallstatt desarrolló, ante todo, los herrajes, los trabajos de bronce y la cerámica, por lo general decorada con motivos geométricos, simetrías rígidas y repetitivas, usada como decoración de las tumbas.
El periodo cubierto por esta cultura transcurrió desde aproximadamente el 750 hasta el 450 a.C. y, geográficamente, su mayor desarrollo se alcanzó en la Alta Austria y Baviera, más tarde se extendió hacia occidente, a Suiza, Francia, Renania, y llegó incluso hasta el sureste de Inglaterra.