Es una cultura prehispánica, situada en la costa norte del Perú, que se desarrolló en el valle del Virú (del que también toma el nombre, en ocasiones) entre el 500 a.C. y el 350 d.C. Recibió la denominación de cultura de Gallinazo por llamarse así su principal yacimiento. Se trataba de agricultores que practicaban la irrigación artificial y vivían en comunidades bien organizadas. Construyeron grandes pirámides de adobe y practicaron la metalurgia del oro y la plata, siendo su rasgo cultural más característico la elaboración de una cerámica pintada en negativo, donde los motivos eran cubiertos de cera, y desaparecían durante la cocción, dejando la decoración en el color original de la arcilla. Recibió, sucesivamente, influencias de otras culturas predominantes en la zona a lo largo de los siglos: la mochica (moche), la de Tiahuanaco y la de chimú.