Es un filo de animales invertebrados sencillos, se aplica a cualquier animal invertebrado marino, de forma irregular y sin órganos verdaderos, que pertenece al tipo de los espongiarios (poríferos). Las esponjas son animales multicelulares típicamente marino (del phylum Porifera), que generalmente se encuentra en colonias sésiles complejas en las que el cuerpo poroso está sostenido por una estructura esquelética fibrosa, calcárea o silícea.
Las esponjas son sobre todo marinas, aunque hay unas pocas especies de agua dulce. Son abundantes en todo el mundo y, en especial, en aguas tropicales, donde junto con otros invertebrados, como los corales, son importantes en la formación de depósitos calcáreos (calizos). Todos los grandes grupos existentes en nuestros días tenían representantes vivos en el cámbrico, hace unos 570 millones de años. Hay una considerable polémica acerca de la relación entre las esponjas y otros grupos de invertebrados (véase Animales: Reino Animalia). Se acepta que son una línea multicelular derivada de protozoos unicelulares, pero su relación con los cnidarios (medusas y corales) está menos clara; un punto de vista habitual es que tanto los cnidarios como las esponjas tuvieron un antecesor común.
Son animales sésiles, que viven fijos al sustrato, cuyo tamaño varía desde unos pocos milímetros hasta los más de 2 m de diámetro que pueden alcanzar algunas especies. Generalmente tienen forma irregular, aunque algunas presentan simetría radial. La organización celular de las esponjas es muy sencilla y consiste en una capa externa de células de recubrimiento (pinacocitos) y una capa interna de células flageladas o coanocitos, también llamadas células con collar, que hacen circular el agua a través del animal. Entre estas dos capas hay multitud de células ameboides o arqueocitos, similares a amebas, y estructuras esqueléticas de sustentación, a menudo en forma de espinas duras y cristalinas de carbonato cálcico o de sílice, llamadas espículas, o formadas por unas fibras de una sustancia proteica llamada espongina: no poseen órganos verdaderos ni tejidos verdaderos.
El cuerpo de las esponjas presenta numerosos poros laterales llamados ostiolos, que están interconectados por medio de canales, la mayor parte de los cuales están tapizados por coanocitos. Las esponjas se alimentan absorbiendo agua a través de los ostiolos y expulsándola por una o varias aberturas grandes llamadas ósculos. Las células flageladas o coanocitos mantienen una corriente de agua por los canales interiores de la esponja y atrapan las partículas alimenticias; a veces, los canales están provistos de pequeñas cámaras, llamadas cámaras flageladas, que son las que contienen los coanocitos.
La reproducción puede ser sexual o asexual. En el primer caso, las esponjas suelen ser hermafroditas pero se fecundan las unas a las otras. Pueden ser ovíparas o vivíparas. Las primeras liberan al agua tanto los óvulos como los espermatozoides, que se unen para producir una larva con capacidad para nadar y que finalmente se asienta sobre una nueva superficie. En las especies vivíparas, un individuo libera los espermatozoides en el agua, y estos son recogidos por otro que los introduce dentro de su cuerpo. Tras la fecundación, estas esponjas retienen el cigoto en su interior, liberando al agua la larva. La reproducción también puede realizarse asexualmente, por medio de yemas externas o yemas internas, llamadas gémulas, cada una de las cuales puede dar lugar a una nueva esponja. Las esponjas tienen una gran capacidad de regeneración, pues son capaces de restaurar las partes perdidas. Además, estos invertebrados tienen también un gran interés para los especialistas en biología del desarrollo, dado que son capaces de recomponerse a partir de sus células separadas en una suspensión.
Las esponjas componen el filo Poríferos (Porifera); existen cuatro grandes grupos: la clase Calcáreas (Calcarea); la clase Hexactinélidas (Hexactinellida); la clase Demosponjas (Demospongiae); la clase Esclerosponjas (Sclerospongidae).