La fiebre a causa por la acción farmacológica de un medicamento, se debe a su acción termorreguladora, por la complicación local de su administración parenteral o, lo más frecuente, a causa de una reacción inmunológica mediada por anticuerpos inducidos por el fármaco. El comienzo de la fiebre suele darse de 7 a 10 días después de comenzar la medicación, con vuelta a la normalidad en los 2 días que siguen a la interrupción del tratamiento.