Dícese de la frecuencia cardíaca que manifiesta un nivel de intensidad de ejercicio que produce el máximo efecto sobre el cuerpo. Hay varios métodos para calcular la frecuencia cardíaca, aunque el más empleado es establecer un límite entre 60 % y el 80 % de la frecuencia cardíaca máxima; la frecuencia cardíaca esperada variará según el tipo de actividad y el nivel de condición física de cada persona. El entrenamiento anaeróbico requiere frecuencias cardíacas superiores (hasta el 95 % de la frecuencia cardíaca máxima) que se mantiene durante períodos cortos, mientras que en entrenamiento aeróbico precisa frecuencias cardíacas menores durante más tiempo; las personas con baja forma deberían entrenar con frecuencias situadas en el punto más bajo del límite. Las personas con problemas de salud tienen que contar con asesoramiento médico antes de participar en actividad física vigorosa (método de Karvonen).