La glándula impar y asimétrica, voluminosa, propia de los animales vertebrados, que en los mamíferos tiene forma irregular y color rojo oscuro y está situada en la parte anterior y derecha del abdomen: en diversos invertebrados cumple función semejante a la que desempeña el hígado en los vertebrados. El hígado es un gran órgano lobulado del abdomen en los vertebrados que tiene un papel esencial en el metabolismo, regulando la composición y concentración de nutrientes y material tóxico en la sangre. Está conformado por unidad denominada lobulillo, cada uno de ellos de forma hexagonal, constituido por reguero de hepatocito dispuesto alrededor de una vena central. El hígado recibe el producto de la digestión disuelto en la sangre, a través de la vena porta, y su función más importante es almacenar el exceso de glucosa en forma de glucógeno, que sirve como sustancia de almacenamiento de energía. También transforma el exceso de aminoácido en amoníaco, que posteriormente se transforma en urea y ácido úrico, ambos excretados por los riñones, y almacena y metaboliza grasas (lipólisis). Otras funciones del hígado son: la secreción de la bilis; vierte en la sangre azúcar y glucosa; interviene en la formación de la urea y el ácido úrico; el metabolismo del hierro; el metabolismo de la glucosa; remoción de células rojas dañadas; síntesis de vitamina A y de sustancia de la coagulación (por ejemplo, la protrombina y el fibrinógeno; fabricación de agente trombolítico); el almacenamiento de hierro (ferritina); almacenamiento de vitamina liposoluble; la desintoxicación; etc. El hígado, uno de los principales órganos del cuerpo, también desempeña un papel importante en la termorregulación: el cambio en el metabolismo de sus células varían el calor producido por el cuerpo.