Es un trastorno familiar que se presenta en los lactantes y se caracteriza por la formación subperióstica de hueso en muchos huesos, lo que provoca tumefacciones óseas y dolor a la palpación en las zonas afectadas. El niño también tiende a tener fiebre con frecuencia y a estar irritable. La mandíbula es el hueso afectado con mayor frecuencia; el trastorno desaparece durante la infancia.